Este viernes, 2 de septiembre han hecho 43 días desde que el preso anarquista Şevket Aslan comenzara una huelga de hambre en la cárcel Yenişakran, en Esmirna-Aliağa
Hace una semana, el 25 de agosto, la sección de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) Estambul llevó a cabo una rueda de prensa sobre la situación del preso anarquista, y el abogado de Aslan, Gökhan Soysal, informó de que sus condiciones de salud están empeorando día a día y que visitará a Aslan en cuanto tenga oportunidad.
Mercan Dogan, del periódico anarquista turco Meydan, dijo Aslan se declaró en huelga de hambre indefinida debido a que no se le reconoce como preso político y que no se están satisfaciendo sus demandas. Doğan también afirmó que “hoy (25 de agosto) es el día 37 de una huelga de hambre indefinida e irreversible. Desde un punto de vista médico, está demostrado que se pueden generar problemas de salud irreversibles cuando alguien realiza una huelga de hambre durante tanto tiempo. La situación de la salud Aslan puede pasar a crítica cualquier día”, y agregó que la administración de la prisión es responsable de lo que sucede.
Haciendo hincapié en que han aumentado los malos tratos y la tortura a Aslan desde que se declaró el estado de emergencia, Dogan afirmó que que “la administración de la prisión no reconoce la huelga de hambre indefinida e irreversible de Aslan. No se ha tenido en cuenta ninguna de sus peticiones. Tampoco se permite la solidaridad jurídica por parte de abogados“.
Doğan, para finalizar, reclamó el reconocimiento de la huelga de hambre de Aslan por la dirección de la prisión y terminó diciendo “los presos anarquistas no están solos, los corazones revolucionarios destruirán las celdas.”
La organización Anarşist-Komünist-İnisiyatif (Iniciativa Anarcocomunista) explica en su página de Facebook que el estado turco se dispone a amnistiar a 37.000 presos considerados políticos, con lo que se entiende el especial interés de Şevket Aslan por que se le reconozca como tal. También que una de sus reivindicaciones es que le cambien de celda de forma que se pueda relacionar con otros presos anarquistas, a los que se mantiene aislados entre sí.
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