¿Psicología y anarquía?, el proceso de autodestrucción de la escuela

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Lo que nos motiva a confeccionar un escrito sobre educación y además considerándola bajo el título de anarquista es complejo, la mayoría del material existente habla y trata sobre la utilización del “método” anarquista (el cual lo asumimos así) sobre una conjunto de individualidades, enajenándolas del devenir de los procesos educativos del poder, acudiendo a los exámenes libres y educación en casa o como también la asistencia prematura o posterior (en forma de asistencia a talleres) en las escuelas libertarias, como ejemplificación, Paideia. El enfoque que tomaremos será examinando las condiciones existentes, de la escolarización tanto a nivel “infancia” (término que en próximos escritos podríamos tensionar), y el cómo bajo conductas propias e intuitivas “de los niños” que se encuentran latentes se podrían considerar para la propia autodestrucción de la escuela y la perduración a largo plazo de la educación entendiendo la no necesidad de este espacio, la conducta de apoyo mutuo comenzaría su desarrollo mucho antes de la escolarización por lo que el insertar a alguien en un espacio educativo para un mejoramiento valórico sería algo errado.

En esta publicación examinaremos parte de las figuras parentales en base a la teoría del apego y además las llamadas conductas “prosociales”, encasillamientos a los cuales si bien desde razones políticas, “sirven para la armonización de relaciones sociales” y posibilitan la “democracia” y configuran competencias en los niños para poder vivir en contextos heterogéneos en su adultez, contextos sometidos a relaciones de producción (el trabajo), relaciones civiles, etc. Son conducidas a un relativismo y moralismo exacerbado que cae entre lo que sería conductas normales y las tan famosas conductas antisociales. Nuestro objetivo es la apropiación y si es necesario la demolición de algunos los conceptos y enfocarlos desde una perspectiva anarquista.

Uno de los más grandes fenómenos, tanto novedoso como emergente ha sido la educación. Esta es concebida por muchos como  parte de una constelación de logros evolutivos fuertemente articulados entre sí (Molina, 2006) y también como parte de un conjunto articulado de capacidades, en el que cada una de ellas ha llegado a ser un logro, de un alto grado de especialización adaptativa (Molina, 2006), pero cabe hacer una salvedad si bien radical, a diferencia de la coexistencia práctica, es necesario diferenciar educación en tanto su herramienta de utilización practica — la escuela o espacio educativo. Este espacio es considerado en tanto diversos factores como por ejemplo el tiempo que tardaría en educarse para así poder alcanzar un “desarrollo” en términos de normalidad psicológica (conceptualización impuesta por los límites entre lo que es afectivo, lo social asociado a lo moral y lo psicomotriz, además de la inteligencia, todo esto planteado desde las psicologías como las posturas de estadios de desarrollo de Piaget.).y para la futura inserción laboral con las cualidades ya adquiridas “Si pensamos a la educación como un fenómeno de ‘corta duración'(…) probablemente la imaginamos como un conjunto de actos en los que algunos enseñan algo destinado a que otros lo aprendan; siendo ese ‘algo’ un contenido específico dentro de una opción curricular también especifica.” (Molina, 2006) este esto hace que nos encontremos en la coyuntura siguiente: si bien la sociedad moderna considera la educación ligada completamente a la escuela y esta (la escuela) por su parte sirve como herramienta y escenario para situar lo que sería normal y anormal, en tanto un desarrollo normal del niñx, el conjunto, tanto la comunidad como las individualidades se desligan de la responsabilidad de “Educación” relegándola tanto al Estado y al mercado osea “entregar en bandeja a la biopolitica materializada en el estado”. Aquí entonces es necesario ordenar para realizar un salto entre conceptos y situación:

1: La necesidad de entender la complejidad y el acaparamiento de la biopolitica, concepto que puede ser descrito como la política de la salud del pueblo, provocada por la reorganización de concepto de sociedad, y el devenir de los programas de gobierno que comenzaron a tomar en cuenta la salud del pueblo como una función ineludible del estado, osea en síntesis, la biopolítica “no es otra cosa que, la manera en que a partir del siglo XVIII se han intentado agrupar y estudiar desde la práctica gubernamental los fenómenos propios de un conjunto de seres vivos, organizados bajo la etiqueta de población, es decir, salud, higiene, natalidad, morbilidad, longevidad, razas entre otros.”(Avila, 2010, p.2). osea reinsignificando la estructura de poder y orientándola dentro de lo que sería lo “publico” y lo “privado” y la amplitud de lo que sería ser ciudadano tanto sus costos como beneficios ligados a leyes (El derecho).

2: “el proceso estaría ocurriendo al interior de una institución derivada de la biopolitica gubernamental llamada escuela y en el marco de una determinada política educacional implementada por un sistema educativo” (Molina, 2006), esto podría llevarnos a caer en una reproducción y orientación determinista de un proyecto o programa educativo dentro de una política hegemónica. Hablar de escuela como institución, es un supuesto importante ya que tomando las palabras de Foucault, “institución en tanto “disciplinaria” se caracteriza por apelar a la disciplina la búsqueda determinada del orden, la vigilancia y la utilización del castigo y la recompensa como componentes de la educación, de la reeducación de la inserción y de la reinserción, además de la modificación de una conducta, con el objetivo de homogeneizar condiciones, rasgos o conductas, atípicas o antisociales (Foucault 1975). El componente oposicionista y contra hegemónico a la institución disciplinaria sería una educación popular o libertaria por parte de algunos, lo cual reinstituiría a la escuela como herramienta de utilización tanto revolucionaria-así como también de educación en pos del “humano del nuevo tipo”.

Aprender-en-la-calle

Pero sin ir más lejos la diferenciación entre los conceptos de educación y escuela continúan tomando distintos enfoques, de la mano de Ivan Illich la institución educativa puede ser vista como “empresas organizadas y concebidas de modo que copian el orden establecido, ya sea que este orden sea llamado revolucionario, conservador o evolucionista.” (Ivan Illich, 1973), o también desde los teóricos de la pedagogía racionalista libertaria (escuela moderna) concibiendo la educación  y el espacio educativo como una misión la cual  “consiste en demostrar a la infancia, en virtud de un método puramente científico, que cuando más se conozcan los productos de la naturaleza,(…) saldrán de nuestras escuelas hombres y mujeres dispuestos a cultivar todos los ramos del saber y de la actividad, guiados por la razón e inspirados por la ciencia y el arte, que embellecerán la vida y justificarán la sociedad.” (Ferrer I Guardia. F. (1976).

Si bien los conceptos siempre van en continuidad, es fundamental ratificar las distintas posturas.

Nosotros para darle un tinte de radicalidad nos posicionamos bajo la justificación de que la educación se da tanto en un espectro social y colectivo de relaciones interpersonales, como una red educacional guiada por el devenir de la cotidianidaden tanto educación intuitiva o de máxima libertad, entendiendo a su vez la libertad dentro del espectro educativo guiada por una voluntariedad y autodeterminación y no bajo la influencia de premios y castigos y tampoco participando de la reproducción de la especialización bajo el modelo económico existente ni tampoco bajo el evangelio ni la militancia teórica. Así se logrará fortalecer una conducta investigativa, además de la interiorización sin ninguna imposición de poder y coartamiento debido a leyes institucionales, de las convivencias básicas entre individualidades, una correcta construcción del desarrollo moral y la interiorización sin ninguna coacción de reglas de convivencia básicas y razonadas (Kamii, C. y DeVries, R, 1985), como síntesis a tomar en cuenta los dos conceptos deben ser tomados con seriedad y rigurosidad en tanto filosófico como técnico, es fundamental la pregunta sobre ¿hacia dónde apunta el programa? y bajo qué herramientas y costos.

Retomando la discusión  al comienzo “si siquiera por un momento pensamos la educación como un fenómeno de ‘larga duración’ la verdad es que aparecería un panorama muy distinto. (Molina 2006), la necesidad de establecer un diálogo entre distintas corrientes ideológicas, sobre la educación y sobre la escuela nos parece de suma importancia ya que nos permite situarnos bajo el acontecer actual, de los procesos de escolarización y las reformas que se van implementando en el transcurrir de los años. El posicionamiento que una psicología del desarrollo en tanto la perspectiva Ácrata ( y si es que puede llegar a suceder tal infamia), puede generar cambios radicales en las concepciones que se tienen sobre relaciones interpersonales, afectivas y de habilidades socioemocionales como de conductas “Prosociales” tales como  la “ayuda, la cooperación y la capacidad de compartir” osea identificándola directamente con el concepto de apoyo mutuo pero guiando este a distintas esferas un poco mas amplias. La reciente investigación a comprobado de que emergen en el puente entre el segundo y tercer año de vida

Sin expandir más la discusión, el espacio educativo actual, nos da una representación máxima del como se conforman las identidades y las relaciones interpersonales en la escuela y en especial recalcando a los primeros años de edad. Muchas de las investigaciones desde los espacios hegemónicos concluyen que la construcción de la escuela o el jardín debería  ser en pos de una educación para el desarrollo social y el aprendizaje de competencias sociales desde los primeros años de la socialización Para que se garantice la posibilidad de poder interaccionar y poner en práctica (…) habilidades sociales (Mérida, 2003). ya que el compartir social y la relación entre iguales conlleva el “satisfacer la necesidad humana de afiliación y se desarrollan importantes habilidades socio-emocionales, la condensación de la evidencia al comienzo habla sobre la utilización de la herramienta (la escuela) y su fortalecimiento, debido a la evidencia encontrada, las habilidades prosociales son conductas de apoyo mutuo que surgen en edades tempranas sin la necesidad de la escuela.

Es así como nos abocamos a identificar en general, las conductas en tanto Prosociales como positivas, y violentas u hostiles en tanto negativas para el interaccionar en conjunto que se dan tanto en la escuela (en esta exploración) como también se podría dar en contextos fuera de la escuela, tomando en cuenta variables como las figuras parentales y la teoría del apego pero sin la necesidad de la determinación psicológica, solo a modo de orientación de tipo experiencial.

Uno de los primeros contactos sociales que un niño tiene con el mundo es con sus padres en tanto relación de proximidad. La relación primaria que se establece entre el niño y su figura de apego garantiza la protección y la satisfacción de las necesidades emocionales más básicas, como la de sentirse protegido, aceptado, querido y acompañado  el sistema de conductas de apego se refiere a  todas aquellas conductas que están al servicio del mantenimiento de la proximidad y el contacto con las figuras de apego (sonrisas, lloros, contactos táctiles, etc.)  Estas se pueden activar cuando las figuras de apego se distancian o se acercan o cuando se perciben señales de amenazas, poniéndose en marcha para restablecer la proximidad, esto es fundamental ya que el vínculo con la figura de apego, conforma un pilar inicial en el cómo comportarse y entender las relaciones sociales. El modelo representacional va a tener una profunda influencia sobre las relaciones sociales del sujeto (Oliva Delgado, A 2012) y conlleva a la construcción de un modelo interno representacional el cual va a derivar en la percepción de uno mismo y de los demás esto va a servir al individuo para percibir e interpretar las acciones e intenciones de los demás y para dirigir su voluntad.

Las investigaciones sobre el apego, al dar cuenta de la importancia en la construcción de modelos relacionales dio paso a múltiples investigaciones entorno al tema, el apego se ha asociado al desarrollo emocional del niño. Las características y prácticas de los padres relacionadas con el apego seguro (un buen lazo afectivo con los padres) favorecen la comprensión de las emociones, desde la empatía, el afecto positivo, además de las habilidades emocionales y también  la regulación emocional, tanto en niños como en edades futuras .Por otro lado se ha asociado en estudios  empíricos la influencia del apego en la aceptación social en edades posteriores. Esto da pie para afirmar que ya existe coexistencia de relaciones importantes a edad tempranas, por lo que recientes investigaciones han dado a conocer que en los años preescolares la conducta prosocial aunque menos frecuente que en edades posteriores, es ya manifiesta (ahora ya entendida como el apoyo mutuo y el aumento en la capacidad de compartir en tanto individual como comunitariamente .ya en los tres años  es posible observar intervenciones prosociales evidentes, acompañándose de gestos y palabras de compasión y de conductas de compartir objetos. Para Mussen y Eisenberg (1977), la fuerte sensación de confianza y seguridad que derivan de un apego seguro con los padres promueve que los niños se preocupen menos por satisfacer sus propios deseos y sean más sensibles a los sentimientos y necesidades de los demás.

Esto es fundamental para poder comprender la relación entre la prosocialidad y el apego.

Otros estudios han puesto de manifestaciones situaciones en las cuales “un compañero necesita ayuda, los niños seguros expresan mayor preocupación, más cercanía emocional y ofrecen más cuidados” .Los niños evitativos se muestran emocionalmente distantes y los ambivalentes (que poseen dos conductas distintas) tienden a alejarse, probablemente por sus dificultades para manejar la ansiedad. otros estudios han corroborado como por ejemplo el de López, Apodaka, Etxebarria, Fuentes y Ortiz (1998) que en niños y niñas de edad preescolar, la relación afectiva con la madre y la empatía se revelaron como las principales variables predictoras de la conducta prosocial. Ya en la actualidad  se ha encontrado que el afecto, la empatía y la “disciplina”inductiva de los padres eran las variables que más discriminan a los niños y niñas más y menos prosociales.

Ahora a modo de síntesis rescataremos los siguientes puntos.

1: Es necesario tener en cuenta que la teorización y modelos en torno al apego tienen sus limitaciones y determinantes, solo desde una perspectiva ácrata podemos enfocarlo desde figuras en tanto comunitarias como individualidades, y enmarcarlo en esta red de relaciones interpersonales, como una red educacional guiada por el devenir de la cotidianidad , en tanto educación intuitiva o de máxima libertad.

2: Existe evidencia por parte de las mismas investigaciones realizadas tanto en organismos de poder como por parte de individualidades de que las conductas pro-sociales a las que le llamaremos de apoyo mutuo identificando nuestra propia reinsignifacion del término, surgen anterior a la etapa de escolarización.

3: Es necesario explorar más las figuras de apego en esta red para asi comprender ciertos sucesos y conductas expresadas por los niñxs y luego en conductas posibles en el futuro , lo que promueve la autogestión del recurso de análisis y solución de problemas comunitarios.

4: La primera autodestrucción de la escuela, en una primera y vaga aproximación estaría dado por la no necesidad de conformación valórica y ética en un espacio educativo o escuela entendiéndola como diciplinaria o de cualquier tipo, la conformación moral es anterior a la escolarización y viene de la mano de las relaciones en tanto las figuras de apego con la cotidianidad, el espacio relegado a la escuela solo quedaría para aprendizajes concretos (y si los pensamos en términos de Illich como empresas organizadas y concebidas de modo que copian el orden establecido, ya sea que este orden sea llamado revolucionario, conservador o evolucionista.” Orden de la especialización y sustentado por la biopolitica como una continuación de la necesidad de Estado y no como un devenir valórico tanto individual como comunitario.

Publicado el 3 de Agosto de 2015 en:

 

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