I
Al parecer, tras la irrupción del movimiento civil de autodefensas acaecido en Michoacán en febrero del año 2013, el tema de la resistencia armada se ha reducido a su mínima expresión, restándole la importancia que debería tener y contemplando ahora a los grupos que deciden armarse como un fenómeno normalizado que se valoriza en la cantidad de voluntarios y territorios en los que persisten estas milicias civiles y no como tal, en su proyecto de seguridad o de sociedad alterna. Ya lo he repetido en diversos textos y conferencias: estamos contando números y cantidades, no las alternativas ni sus respectivas cualidades.
Aunado a eso, tanto la prensa como su cliente V.I.P. –más abajito veremos quién es y por qué- han enfrascado a estos levantamientos en sólo eso, levantamientos, “personas fueras de la ley”, “pobladores rebeldes”, etc., teniendo como jugada maestra en su baraja el aislar el contenido de parentesco de estos movimientos con los de la población en general (pobreza, inseguridad, usurpación del territorio y las tierras, falta de oportunidades laborales, el abandono estatal, el desmoronamiento comunitario por la incidencia del crimen organizado, etc.). No es de gran complicación; el origen del dogma imperante se sedimenta en la clarividencia informativa y atención en las AK-47 y las calibre .22, antes que en las reivindicaciones materiales y de respeto a los pueblos de quienes deciden tomarlas porque “ya no se puede de otra forma”.
En el caso de Tabasco –el estado número 11 en el ranking del Índice de Paz México [1], es decir, ni tan seguro ni tan inseguro- la sujeción territorial del Cártel del Golfo y Los Zetas (que en realidad era la fusión táctico-armada de ambos cárteles) a través de sus estacas (jóvenes sicarios, en su mayoría originarios del norte del país e integrantes de Los Zetas) y de sus cabecillas locales, tiene sus orígenes en puntos matrices como el municipio de Cárdenas, Nacajuca y en la Ciudad Industrial de Villahermosa (como lo refiere su nombre, un hábitat industrial con grandes almacenes y bodegas para mayor confidencia de las casas de seguridad de la droga, esto, al nororiente de la capital del estado).
El papel de vecino-criminal que tiene Tabasco con Veracruz (o la “fosa común más grande México”) sonaría a una deducción simplista si es que no se echa un vistazo a los asesinatos múltiples de policías y células enemigas que han aumentado considerablemente desde 2015, teniendo a dicho lazo vecinal como un ‘yes in my backyard’, facilitando el entierro clandestino de cuerpos y cadáveres provenientes de Tabasco en Veracruz y a la inversa [2]. No hay que olvidar que gran parte del negocio de Los Huachicoleros se ubica en esta región costera, robando la producción petroquímica de PEMEX en Veracruz y directamente el petróleo de los oleoductos de los estados colindantes.
En la recopilación de material historiográfico, he encontrado que el año 2007 fue clave para la extensión de las plazas del narcotráfico en Tabasco, agudizando su incidencia por dos actos cruciales: el asesinato de 3 policías en una sola noche en Ocuiltzapotlán y el atentado fallido contra la vida del general de la Secretaría de Seguridad Pública de ese entonces; Francisco Fernando Solís [3].
No podemos tocar el fuego sin esperar una quemadura. Es claro que la violencia y la criminalidad están presentes con navaja y filo en Tabasco, por lo que las respuestas más radicales de la población a esta problemática no pueden ser descartadas o encasilladas como fake news.
Por ejemplo, a inicios de febrero del 2013, surgió la organización armada “Vecinos Unidos” en el municipio de Cárdenas. Con mantas en las principales avenidas y calles, su mensaje se sintetizaba en el que “rateros y asesinos no serán entregados a las autoridades, sino que recibirán un castigo ejemplar por el pueblo”. Ante ello, el gobierno estatal comenzó a tambalearse y no pude negar la incursión reciente de grupos criminales en Tabasco, por lo que el Procurador de Justicia dijo ante los medios de comunicación que: “(…) seguramente la gente actúa de buena fe pero nadie puede garantizar que estos se tergiverse; sería preocupante que se haga justicia por propias manos o se hagan policías ciudadanos como ocurre en otros estados” [4].
A finales de noviembre de 2016, se formó un amplio grupo de autodefensas en el poblado C-27 en el mismo municipio. El delegado municipal, Heberto Oliva García, nunca negó al grupo armado y, al contrario, habló de la mejor manera –aunque sutilmente- de esta iniciativa de seguridad, al usarla de ejemplo como una muestra del desvío de recursos del alcalde municipal, Rafael Acosta León, a quien se le acusa popularmente por “hacer de Cárdenas un reality show donde hay más dinero para conciertos y famosos que para la seguridad del pueblo”.
II
Uno tendría que ser un reverendo idiota para no percatarse de la alianza empresarial que tienen la mayoría de los medios de comunicación con el Estado mexicano (¡a este me refería como el principal cliente del negocio de la propaganda!).
Tras anunciarse, en distintas páginas independientes de Facebook sobre movimientos sociales, la formación de nuevos grupos de autodefensa por indígenas choles de las comunidades de Chivalito, Melchor Ocampo y Zopo en la sierra de Macuspana (ubicada a unas dos horas de la ciudad de Villahermosa), la respuesta del gobierno estatal para negar su existencia fue tan veloz, así como artificial.
Los indígenas armados hicieron un acto público en la localidad de Buenavista, instalando retenes desde hace una semana para informar a los automovilistas y habitantes que ahora ellos se encargarán de la seguridad en la zona. La principal denuncia es por el “abandono estatal” en el que se encuentran, en especial, las comunidades periféricas y choles. Señalan al edil priísta José Eduardo Cuco Rovirosa[5] como el principal responsable junto con su esposa Cristhel Hernández, al literalmente, robar el presupuesto público otorgado a las instancias de Atención Ciudadana y al DIF mediante “bonos de desempeño” que son administrados directamente por sus cuadrillas cercanas y que terminan en los bolsillos de las mismas. Incluso, regidores de su mismo partido político han sido férreos críticos de sus pésimas operaciones gubernamentales y despilfarros, señalando, por ejemplo, “que nadie va a olvidar que con el erario público, mandó pavimentar dos calles a las que les puso el nombre de su esposa Cristhel Hernández de Rovirosa y de su hijo José Eduardo Rovirosa Hernández.”.
¿Por qué insistí al inicio del texto en que el Estado es el cliente V.I.P. de la prensa? Esta fue la “táctica” para impugnar –como buen científico de la mentira- a las autodefensas:
1) La misma nota que “recaba” la información vertida en una conferencia de prensa oficial por parte de la SSP de Tabasco el viernes 18 de agosto, puede leerse con la misma estructura redaccional –con algunos microscópicos cambios en el orden de los párrafos- en los siguientes portales web: Diario de Tabasco, Noreste.net, El Heraldo de Tabasco, El Informador, Rumbo Nuevo, Grupo VX, Quadratín, Diario Presente, Tabasco Hoy, XEVT 104.1 FM, El Independiente, Tiempo Tabasco Digital, La Verdad, Crónica, Diario Avance Tabasco, El Observador de Tabasco (y la lista continúa…)
¿No es que les importe el dinero? Invito al lector a cerciorarse cuántos anuncios de publicidad hay en sus sitios web y cuántos de estos hacen referencia a programas gubernamentales, candidatos y figuras políticas a manera de spot.
2) Al final de la conferencia –y de manera contradictoria- las autoridades estatales afirman que ya tienen identificadas, gracias a una fotografía viralizada en redes sociales, a un grupo de personas con pistolas y rifles en Macuspana y comentan que “buscarán el diálogo con ellas”. Siendo así, ¿qué credibilidad tiene el refutar la existencia de personas armadas pero después afirmar que ya se les tiene “identificadas”?
3) La SSP de igual forma, argumentó que “la característica de las autodefensas es que la ciudadanía realiza labores de seguridad y desplaza a las autoridades”, lo que no es del todo cierto. Los proyectos autonómicos no siempre logran la expulsión de las autoridades locales –aunque varios de ellos se lo plantean como inexcusable- a menos de que se trate de una insurrección general a nivel municipio o comunidad. Si hablamos de las policías comunitarias y ciudadanas en Guerrero, la mayoría de ellas se encarga exclusivamente de la seguridad comunal con el respaldo ya sea de una asamblea del poblado o de la participación voluntaria y logística de sus integrantes, sin haber el desplazamiento de autoridades.
III
Una semana antes de esta polémica situación, autoridades ejidales de las 12 comunidades que conforman el Ejido “José María Piano Suarez” en el municipio de Centro [6], declararon que también se encuentran “cocinando” autodefensas vecinales por la inseguridad. “Lo veo bien, porque la policía ya no puede actuar como antes. La gente busca la seguridad de sí misma, ya que cada día a día vamos de mal a peor. Es desesperante (…)” [7], expresó ante los medios la delegada de la 3ª sección del ejido, Guadalupe Ojeda Sánchez.
Y como ola perpetua en el mar, se dio una reacción inmediata de otros territorios para formar también sus autodefensas: El Boquerón. “Estamos coordinándonos con los vecinos para formar el grupo de autodefensa, porque realmente, con toda esta delincuencia, nos tenemos que integrar. No vamos a permitir que cualquiera venga y nos asalte” [8], dijo Manuel de la Rosa García, delegado de la 3ª, 4ª y 5ª sección de las cinco que conforman El Boquerón, ubicado en la frontera tabasqueña con Chiapas.
Ahora queda observar de cerca el proceso de organización que surja de este embrollo, alentando a que los proyectos de seguridad –por más esporádicos y contradictorios que parezcan- apunten a su permanencia desde el seno de los pueblos.
Ya sea Tabasco, Tierra Caliente en Guerrero, los infiernos fronterizos en Tamaulipas o las colonias ‘a-Condesadas’ de la CDMX, esta guerra debe pasar a nuestras manos en acción y no a la simulación de quienes están inmersos en ella desde hace más de una década.
Notas críticas y referencias
[1] Institute for Economics & Peace, “Índice de Paz México – Una panorámica del estado de la paz en México”, 2015.
[2] Tan sólo a inicios de 2017, fueron secuestrados en una operación conjunta 4 policías estatales en Veracruz y un civil más que no pudo ser identificado. 3 de los 4 policías amanecieron desmembrados y en costales en la colonia Guadalupe Victoria del municipio de Huimanguillo en Tabasco, que sirve como frontera física entre ambos estados. (“Matan a 3 policías de Veracruz; los hallan en Tabasco”, El Universal -publicado en El Diario de San Luis-, 29 de enero de 2017. http://pulsoslp.com.mx/2017/01/29/matan-a-3-policias-de-veracruz-los-hallan-en-tabasco/)
[3] Recomiendo ampliamente la lectura de las declaraciones de los principales operadores de esta alianza, recogidas por Contralínea en su versión de febrero de 2010. (http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2010/02/07/revelaciones-de-miembros-del-cartel-del-golfo-en-tabasco/)
[4] “Tabasco: Grupo de autodefensa amenaza a delincuentes con “linchamiento o ceguera” por Armando Guzmán, Proceso, 14 de febrero de 2013. (http://www.proceso.com.mx/333615/tabasco-grupo-de-autodefensa-amenaza-a-delincuentes-con-linchamiento-o-ceguera)
[5] Como añadidura chusca, “Cuco” fue viralizado en redes sociales durante el Grito de Independencia de 2016 al auto-elogiarse en la lista de los héroes nacionales. Véase el video en: https://www.youtube.com/watch?v=Z4J7NpHal3E
[6] Las comunidades son: Samarkanda, Los Sauces, Medellín, Pigua II, Compuerta, La Mariscal, Asunción, Valle Verde, Santa Lucía, Ramón Mendoza y El Recreo.
[7] “Tabasco; 12 comunidades se unen a autodefensas”, Tabasco Hoy / Imagen del Golfo, 12 de agosto de 2017. (http://www.imagendelgolfo.mx/noticiasveracruz/nacional/41201655/tabasco-12-comunidades-se-unen-a-autodefensas.html)
[8] Ibíd.
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