/ Ruptura Colectiva (RC)
Este sábado 20 de mayo fue una fecha sangrienta que llega como culminación de una semana entera de asesinatos a periodistas y trabajadores por parte del Estado mexicano a manos -y en la guerra prolongada- de sus sicarios de la droga y el territorio.
Por la tarde, un comando armado disparó cobardemente contra el compañero wixárika Miguel Vázquez Torres -excomisariado de Bienes Comunales- y su hermano Agustín, originarios de la comunidad de Teponahuaxtlán en el municipio de Tuxpan de Bolaños, hiriéndolos de muerte. El crimen sucedió en el poblado de Kuruxi Manuwe ubicado en lo alto de la Sierra Norte de Jalisco.
Este doble asesinato es producto de la omisión institucional y de “justicia” en las comunidades indígenas, debido a que después de que el grupo armado abatiera a tiros a Agustín con armas de grueso calibre, este fue trasladado con heridas graves al centro de salud de la localidad, donde moriría unos instantes después. La narración no termina allí. Al ser notificado del ataque mortal a su hermano, Miguel se trasladó al hospital y al salir del edificio, fue asesinado a balazos por los mismos agresores que escaparon en una camioneta Toyota Tacomma.
En distintos periódicos locales y medios de comunicación libre, se ha coincidido en la tardía e indiferente participación de la Fiscalía de Estado al “enterarse” del doble asesinato hasta las 22:00 hrs. del mismo día, dejando un margen de 4 horas entre la primera agresión y el arribo del personal delegado por la Fiscalía en la región de Colotlán, haciendo un viaje de entre 4-5 horas para realizar las indagatorias e interrogatorios correspondientes. A su llegada, fueron retenidos por la población enardecida, llevándolos -sin violentarlos- a un lugar simbólico de la comunidad conocido como el “Cepo”, donde la gente les cuestionó el por qué de su tardanza y desarmó a los peritos que llevaban armas cortas.
Miguel Vázquez Torres era un gran defensor del territorio, docente en la comunidad de Barranquillas, y -la que fuera su praxis más importante- fungió como Comisariado de Bienes Comunales de Sebastián Teponahuaxtlán hasta el pasado marzo de 2017, defendiendo un proceso de resistencia de los agricultores wixárika por la recuperación de 184 de las 2000 hectáreas de tierras comunales en los predios de Piedra Bola y Bola Negra que se encuentran en conflicto desde hace 50 años con los grandes propietarios de Huajimic en el municipio de La Yesca, entre los límites de Jalisco y Nayarit. En 2010 fue parte primordial en la formación del Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta, siendo encargado de la Mesa Jurídica.
Tanto los pobladores como algunas indagatorias de la Fiscalía de Estado, afirman que estos actos fueron realizados por una célula del narcotráfico ligada al conflicto territorial antes mencionado, una práctica-alianza común entre grandes propietarios y los cárteles del noroeste del país en distintas zonas alejadas de la presencia institucional.
¡RESPETO A LA AUTODETERMINACIÓN Y LAS TIERRAS DE LAS COMUNIDADES WIXÁRIKA!
¡ANTE LA GUERRA IMPERIALISTA DEL NARCOESTADO, LA AUTODEFENSA Y SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS!
¡JUSTICIA INMEDIATA A LOS COMPAÑEROS MIGUEL Y AGUSTÍN VÁZQUEZ TORRES!
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