El “cochismo” ideológico (¡el clima está muy loco!, WTF)

Canciones-reggaetón-2014

Este breve texto está incluido en un ensayo más extenso titulado “El Suicidio Ambiental (de Camus al “Hoy No Circula)”, que pretende explicar el fenómeno del colapso ambiental desde las experiencias directas de la Ciudad de México y algunas alternativas para erradicar la congestión tóxica de las megalópolis en el mundo.


¿Qué hay detrás de ese lujo patológico de pasearse en automóvil?, ¿por qué salen coches de lujo en los videos musicales de los géneros más comercializados? De junio a septiembre de 2014, unas decenas de automovilistas mexicanos se manifestaron en contra del Programa “Hoy No Circula” sobre el Anillo de Periférico y en el Ángel de la Independencia [1], que fue modificado para quitar de circulación una vez a la semana a los automóviles que no pasaran las pruebas de verificación de contaminantes, sin importar su antigüedad (elemento que era primordial desde su creación en 1989). Desde una posición política integral, esto requiere tanto una felicitación como una crítica, ya que no es el individuo el que protesta, sino la necesidad individual de posesión, tan llena de rabia que buscara expresarse de la forma más “rebelde”y nefasta contra sus autoridades. En este sentido, el sujeto no se está reivindicando a sí mismo, ¡está diciendo que es dependiente a un objeto!

Para dibujar este escenario desde dos perspectivas, me quedo con la pancarta de un joven no mayor de 20 años que decía: “me compré mi auto para usarlo, no para dejarlo en el garage”.

I: Un objeto tan democrático que resulta absurdo. A diferencia de un celular, una televisión o un horno de microondas, el automóvil no comenzó siendo un objeto cotidiano, sino fue la exposición del egoísmo de las clases más ricas para moverse de manera más cómoda y rápida que las demás personas. Pagar un coche es una virtud. El ecologista francés André Gorz describe al coche como un “castillo o finca a las orillas del mar”, es decir, un objeto privado para darse un lujo que se ha desvalorizado [2]. El coche es un bien de lujo que en su uso, interfiere una contradicción psicológica: se ha democratizado tan bien que tanto propietarios como trabajadores pueden poseer uno, recorren a la misma velocidad, pueden conectar su iPod y el bluetooth, pero su uso es dependiente a una creencia social que nació por una promesa económica de estos primeros hacia los segundos. “¡Todos podrán ahora recorrer la ciudad y movilizarse tan rápido como nosotros!, sólo tendrán que invertir un enganche de interés fijo y bla bla…”, fue el discurso de la industria cochista a mediados del siglo XX para cumplir el sueño de todo capitalista: diseñar una mercancía que facilitara lograr las necesidades inmediatas del desplazamiento del cuerpo de un lugar otro sin importar el fin personal, cuyo monopolio sería sostenido por una sola industria.

Esto es porque el cochismo es parte de la ideología de la propiedad privada. ¿Cuáles son los objetivos materiales de ganarse una vida, o cómo dicen los automovilistas indignados que protestaron en el Ángel, el lujo de chingarle para ganarse el pan? Ni más ni menos que el retrato pictórico de una familia con sonrisa epicúrea, de fondo, una casa con jardín y el modelo más reciente de Honda (Chevrolet, Nissan, lo que sea…) La creencia social de este retrato de telenovela se volcó en la ideología perpetua del lujo.

 2: ¡El automóvil está destruyendo a la ciudad! Es seguro que el joven de la pancarta que cité no se ha dado cuenta que su auto guardado en el garage sirve más al ambiente. En una sociedad donde tan solo un hombre vaya al gimnasio para postrarse en una bicicleta de ejercicio, podemos visibilizar las contradicciones patéticas de la lógica. El poeta Nicanor Parra nos dijo que “el automóvil es una silla de ruedas contemporánea”, que para este siglo, suma la cantidad de 1 “silla” por cada 7 habitantes. Según la empresa Wardsauto, hasta finales de 2010 estaban en funcionamiento más de mil millones de coches en el mundo [3].

La estructura de la ciudad no es más que la periferia de las zonas industriales y de comercio. Desde el siglo XIX, la construcción de las ciudades modernas fueron focos fundidos para iluminar a los centros industriales, fábricas y construcciones monumentales para la clase dominante. Con el tiempo, las grandes avenidas se han extendido para interconectar estos centros laborales, es por ello que requieren mayor “cuidado”, “protección” y “nuevas tecnologías”, es por ello que la mafia del Metrobús se ha extendido en las principales avenidas, pero dándose una vuelta a las colonias o barrios por las que pasa este cienpiés rojo, la estética de una ciudad sustentable es distinta.

Tras las fuertes ventiscas y tormentas que vivió la CDMX en marzo de 2016, el gobierno estatal otorgó el transporte de forma “gratuita” para erradicar el uso del automóvil. Parece que les hacen falta los tornillos a estos panas, pues a pesar de estos esfuerzos ambientalistas, la línea poblacional va en ascenso y porcentualmente, el tranporte público abarca sólo el 8%, mientras que otro 76% es de los automóviles. Este 2 de abril, en Medellín, Colombia, se hizo una huelga logística de 27 horas en la que no circularon ni coches ni motos, a excepción de los que usan electricidad y gasóleo [4], falta poco para que este patrón se repita en las localidades mexicanas.

En las ciudades, son varios temores o angustias que son provocadas por el mismo entorno, la excesiva cantidad de vehículos que provocan angustia para cruzar la calle, la investidura ruidosa y contaminante, además de los problemas cotidianos como el acoso callejero, la inseguridad y los robos menores. La gente prefiere visitar siempre provincias y playas donde se omita la realidad del coche, pero la contradicción vuelve cuando escapa del coche viajando en su propio coche.

3: Entonces, ¿autómovil o tomar el colectivo? Tan sencillo es esto: el automóvil exacerba la individuación solitaria, el transporte colectivo a la masa enlatada. La respuesta no está ni en el uno ni en el otro, sino en todo un cambio radical de habitar el espacio y habitarnos como comunidad urbana, desde la esquina del barrio hasta el otro extremo polar de la ciudad.


[1] “Caravanas de automovilistas protestan en varios puntos del DF en contra del Hoy No Circula sabatino”, Sin Embargo, 13 de Julio de 2014. En línea en: http://www.sinembargo.mx/13-07-2014/1056808

[2] Gortz, André, L’ ideologie sociale de la bagnole, Le Sauvage, 1973. (Trad. del autor).

[3] “¿Cuántos coches hay en el mundo?”, Noticias Coches, 20 de Agosto de 2011. En línea en: http://noticias.coches.com/noticias-motor/cuantos-coches-hay-en-el-mundo/41907

[4] “Medellín inicia 27 horas sin carros ni motos”, El Universal, 09 de Abril de 2016.

En línea en: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/mundo/2016/04/2/medellin-inicia-27-horas-sin-carros-ni-motos

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