En un contexto nacional donde el “furor político” reside en un circo de palabrerías (que ingenuamente algunos llaman “debate”) por parte de la clase política descerebrada, es casi imposible que las verdaderas acciones de una política emancipadora se den a conocer masivamente cuando se quedan al margen. Este es el caso de la actual revolución autonomista que se está expandiendo -como chupetón de noviazgo puberto en el cuello al siguiente día- en toda la meseta p’ur’hépecha del estado de Michoacán al sur de México.
El pasado viernes 20 de abril se celebró una asamblea de ‘carácter histórico’ en la comunidad p’ur’hépecha de Comachuén convocada por sus autoridades comunales con el fin de informar la iniciativa de regirse mediante un autogobierno de usos y costumbres, exigir al gobierno municipal y estatal el reconocimiento a su libre autodeterminación como se ha venido realizando en una decena más de pueblo michocacanos, y por ende, validar el ejercicio del presupuesto directo que se desprende del derecho al autogobierno. Oseaselese… administrar su vida pública según los procedimientos y decisiones más convenientes para su bienestar común mediante el concejismo comunitario en contraposición a la falaz representatividad de los partidos políticos.
En entrevista exclusiva para Ruptura Colectiva (RC), pobladores que integran el proceso de autonomía nos comentaron las siguientes razones para no instalar casillas electorales este 1º de junio de 2018:
1) Que la comuna de Comachuén tiene el derecho legítimo de autogobernarse bajo sus usos y costumbres; 2) Que los partidos políticos dentro de la cabecera municipal sólo han dividido al pueblo y; 3) El municipio desde hace tiempo ha demostrado una discriminación ante sus tenencias, por la cual es hora de demostrar la consigna de que el ser pueblo es hacer pueblo y estar con el pueblo.
Bajo ese tenor, la asamblea -conformada inclusivamente tanto por comuneros, comuneras, jóvenes, adultos mayores y niños- mostró una mayoría absoluta para emprender los procederes necesarios para autonomizarse, nombrando durante la sesión asamblearia a una “Comisión por la Autonomía” para gestionar dichas tareas.
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¿Y de dónde sale fugazmente esta idea de la autogobernanza? En pocas palabras, el Estado ha llegado a sus puntos más álgidos de opresión sistemática al grado de despertar -desde la negatividad- la conciencia de las poblaciones para que estas ya no confíen en sus satélites de poder: los partidos políticos. Oseaselese x2… la gente ha entendido su posicisón de clase y con estas revoluciones buscar no delegarle nunca más los aspectos de su política local al Estado.
Hay varios precedentes inmediatos. A inicios de enero de este año en la comunidad de Aranza, unos 30 pueblos confederados en el Consejo Supremo Indígena de Michoacán legitimaron la decisión de boicotear al poder estatal no permitiendo la instalación de casillas en el proceso electoral que se avecina. También, en vísperas de Navidad del 2017, la comunidad de Arantepakua conformó su Concejo Comunitario conformado por 8 comuneros (hoy 11, tras sumarse 3 mujeres a este órgano) reemplazando la figura de la “autoridad tradicional” por el ejercicio del concejismo revolucionario.
La decisión de que “los problemas deben ser resueltos por quienes los padecen” se justifica a tientas por la lógica formal de las situaciones empíricas, sin embargo, este cambio de paradigma en la organización social en Comachuén también apunta a resolver de raíz algunos problemas específicos que les aquejan, como la tala inmoderadas de los bosques comunales que han llevado a una pugna de años entre la comunidad y otros pobladores de Sevina, de los cuales un grupo reducido incluso destruyó parte de la carretera que comunica a Comachuen a inicios del 2015, por lo que se implementó un camino de terracería entre parcelas de maíz y bosque; el sostenimiento de proyectos por el desarrollo integral de los migrantes que han regresado al pueblo en los últimos años; la preservación de la cultura y el arte p’ur’hépecha al conseguir el mejoramiento relacional y la amistad con sus comunidades vecinas para continuar practicando los festejos de manera conjunta; y la erradicación gradual de la precarización económica que viven sus pobladores de manera general en el municipio de Nahuatzen.
Entonces… ¿vamos a seguir sintonizando el circo de la hegemonía o apoyaremos la batalla de coliseo por la autonomía?
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One thought on “El pueblo de Comachuén en Michoacán también decide autogobernarse sin partidos políticos tras una histórica asamblea comunitaria”