Al Estado mexicano cada vez le tiemblan más las patitas al percatarse que se está expandiendo el ejercicio del autogobierno en sus territorios (o mejor dicho “exterritorios”). Al facilitarle al capital extranjero las concesiones sobre las más grandes reservas biológicas e hídricas, en este caso, en el estado de Chiapas –principal región de la que se extrae agua para la industria monopólica de Coca-Cola, como acotación ilustrativa de esta abominación-; al hacer caso omiso de los millonarios desvíos de recursos en los ayuntamientos de los municipios más marginados; y por supuesto, al crear un clima de violencia paramilitar y divisionismo interno en los pueblos que han lastimado profundamente el lekil cuxlejalil [1]…. es una respuesta clara que las poblaciones incentiven la organización social para “buscar otra manera de gobernarse sin afectar a la naturaleza ni a la misma gente”.
Lo he enunciado en demasiadas ocasiones: los pueblos que deciden autogobernarse no sólo establecen una ruptura con la estructura del Estado-nación, sino que también han vislumbrado su posición antagónica de clase y entendido sin dubitación las cadenas de situaciones perjudiciales que éste provoca y que atentan gravemente contra la vida natural y humana.
Uno de los municipios que se ha sumado a esta ruptura para autogobernarse es Chilón –ubicado en la región selvática de Chiapas- que detenta a un 70% de su población en estado de pobreza, lo que se contrapone al alto presupuesto anual que recibe el ayuntamiento rebasando los 700 millones de pesos. “Es un insulto hacia la gente que el gobierno reciba tanto dinero y que aun así, este sea uno de los municipios más pobres del país. ¡Ya basta del mal gobierno!” [2] ha sido el principal argumento de carácter político de las comunidades de Chilón (en su mayoría choles, tzotziles y tzeltales) para generar un núcleo organizativo en ellas y decidir confederarse en el “MOVEDITE” (Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio) que también impulsa diversas estrategias de militancia y comunicación interna en más de 12 municipios de Chiapas que son “candidatos” para la imposición de proyectos desarrollistas que se vienen planeando dentro de su demarcación territorial, como presas hidroeléctricas en los ríos Chakté –Cancuc- y el río Florido –Huixtán-; exploraciones de pozos petroleros en la comunidad de El Jardín –Ocosingo-; el proyecto del cuartel militar en Patria Nueva; una nueva fábrica de Coca-Cola en la comunidad de Río Molino –también Huixtán-; así como la vigencia del proyecto de la supercarretera Palenque-San Cristóbal que atravesaría decenas de poblaciones afectando tanto sus tierras como los recursos naturales que protegen.
Aunque en Chilón no se ha instalado la industria extractivista o algún megaproyecto como tal, las afectaciones ambientales-territorial que padecerán sus comunidades hermanas les tocará pronto a ellos, aunque su gente conoce a fondo que “siempre habrá afectaciones bajo el mando de cualquier gobierno partidista porque esos gobernantes no son gente de aquí, de los pueblos”, por ello en 2016, resonó un escenario muy visible ligado al robo millonario de presupuesto por parte del Ayuntamiento que han denunciado en todas sus movilizaciones, pues “la clínica de salud de la cabecera municipal de Chilón, lleva años en construcción sin que se vea su término”, provocando como en gran parte del territorio nacional, que los servicios de salud sean escasos y negligentes, obligando así a que en caso de enfermedad o accidentes, los pobladores tengan que desplazarse horas y horas a las capitales estatales para intentar –¡todavía el asunto se estanca en un “intentar”!– recibir la atención médica necesaria.
Con encuentros interestatales, peregrinaciones para promover la unión “más allá de las creencias” y juntando firmas para validar el ingreso de una solicitud entregada el pasado 17 noviembre de 2017 al Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana del Estado de Chiapas para lograr el reconocimiento jurídico de su libre determinación, Chilón está caminando velozmente por la vereda del autogobierno. Su más reciente paso hacia dicha meta –y que viene descrito en el título de este texto… ¡pero no podía omitir el preámbulo indagatorio de las causas de este movimiento sin llegar a esta parte!- emergió el pasado viernes 20 de abril; unas 4 mil personas se reunieron en el parque de feria de la comunidad de Bachajón para presentar públicamente al Concejo de Voceros del Gobierno Comunitario, grupo electo de hombres y mujeres en 20 regiones del municipio a través de sus respectivas asambleas que “caminará difundiendo la palabra en nuestras comunidades sobre esta organización alternativa que busca resistir al sistema de elección por partidos políticos y recuperar el derecho constitucional indígena a la libre determinación (…) que nos permita ejercer un modo propio de gobierno”.
Por su parte, el sábado 21 de abril en el municipio de Sitala se hizo la presentación pública en la cabecera municipal de los concejeros que tendrán la misma tarea que los chiloneros: “Estxs compañerxs no son autoridades, son un cargo comunitario que tendrá la misión de fortalecer la palabra en las comunidades en la búsqueda del Gobierno Comunitario en nuestro territorio”.
También he mencionado -¡en un chorro de ocasiones!- que lo que sucede en la ruralidad no es propio sólo de esa geografía, ya que el cambio de paradigma de lo representativo a lo autónomo es aplicable en cualquier sustantividad (¡ay’ tenemos todo el trabajo que ha realizado el Concejo Ciudadano por el Buen Gobierno en San Cristóbal de las Casas!, quienes apuntalan el objetivo de desterrar a la partidocracia en esa ciudad gentrificada para que sea la ciudadanía quien autoadministre el Ayuntamiento).
Para el autogobierno en Chilón y Sitala, este cambio radical se resume en ‘renovar las relaciones sociales y la política’: “(…) promovemos GOBIERNOS COMUNITARIOS que renueven las relaciones sociales entre indígenas, mestizos, diversas religiones, adultos y jóvenes; GOBIERNOS COMUNITARIOS que renueven la política (…) para combatir la corrupción y división de los malos gobiernos y así garantizar la defensa de nuestra Madre Tierra y la armonía comunitaria”.
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“Al que algo quiere, algo le ha de costar” expresan los militantes del DHKP-C [3] turco cuando los gobiernos atentan en cualquier proceso de organización, reprimen o ignoran los signos de violencia dentro de las colectividades. Cito esta frase porque la lucha por la autonomía en Chilón también se ha encontrado con distintas amenazas.
Conforme a las investigaciones socializadas por el Centro de Derechos Indígenas, A.C. (CEDIAC), la inseguridad y los delitos de robo por factores externos se han incrementado desde octubre de 2017 a la fecha, teniendo como principal preocupación el hurto de productos y materia prima a la Cooperativa de Mujeres “Luchiyej Nichimetic” [4], que alegóricamente, representan dos objetivo primordiales de la propuesta del Gobierno Comunitario: 1) la protección, el apoyo integral y la reeducación no-sexista para la emancipación de las mujeres indígenas; y 2) potenciar los proyectos de autogestión económica y la cultura propia, como lo es el oficio-arte del tejido tradicional.
Estos crímenes -que se suman a las constantes y expresas amenazas de muerte contra varios de los implicados en el Concejo de Gobierno Comunitario- dan pauta para afirmar que sí: ‘al Estado le tiemblan las patitas’. Baia… no es la primera vez que la maquinaria estatal aprovecha el aislamiento de las comunidades de la Selva de Chiapas para militarizar y asesinar a diestra y siniestra a las poblaciones en rebelo.
No podría guardar silencio… me causa tremenda indignación la impunidad y el ‘estado de alerta’ en el que viven las personas que se atreven a arriesgar su vida por un bien en común, sin embargo, todos sabemos que el bien siempre triunfa y en Chilón y Sitala no será la excepción.
¡YA CÁNTIC AHWALIL LOQU’EM TAL COLILTIC!
¡YA CÁNTIC SLAMALIL QU’INAL, SOC STOJILA SOC TSE’ELIL O’TANIL!
¡¡¡AYUC SMC’UL TE AWO’TAN!!!
[1] En tzeltal, “la Buena Vida en Común”.
[2] “’¡Ya basta del mal gobierno!’, exige en Chilón, la peregrinación en defensa de la tierra y el territorio”, Pozol Colectivo, 16 de noviembre de 2016. (http://www.pozol.org/?p=14041)
[3] Partido-Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo, organización comunista armada de Turquía activa desde 1994, propiciando la organización de clase en universidades, barrios y ciudades. En los últimos años han realizado acciones y protestas en defensa del pueblo kurdo y las minorías étnicas, las cuales son constantemente violentadas por el régimen de Recep Tayyip Erdoğan en los barrios populares y fronteras del país.
[4] “La Misión de Bachajón denuncia amenazas a defensores e intento de robo a cooperativa de mujeres”, Radio Zapatista, 22 de febrero de 2018. (http://radiozapatista.org/?p=25799)
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