No creí que esto pasara (al menos no tan pronto). En tan sólo dos días, se registraron 7 asesinatos dolosos en la Gustavo A. Madero (aquí al norte de la Ciudad de México). Como una auténtica masacre -de esas a las que está acostumbrado el imaginario cuando se habla de “Guerrero” o “Michoacán”- el domingo pasado, 4 personas fueron baleadas afuera de una fiesta en la colonia Gabriel Hernández; ayer por la mañana, se encontró el cadáver embolsado con evidentes marcas de tortura de un vecino de la colonia Guadalupe Tepeyac sobre la avenida Henry Ford; y unas horas después en esa misma avenida, sujetos armados irrumpieron en un local de tatuajes y le dispararon en la cabeza al dueño y a un chico que en ese momento se estaba tatuando.
Hay un común denominador en estas “balaceras” (lo entrecomillo porque así las han clasificado las autoridades y el sistema policial): en ambas se usaron armas de grueso calibre y se disparó a las víctimas sin mediar palabra alguna.
Está claro que no fueron asaltos. Esto ya tiene que ver con una expansión descontrolada del crimen organizado y las extorsiones directas o por capricho que sus células hacen en nuestras colonias, ya que si en algo tienen razón las autoridades delegacionales, es que hay una co-producción del crimen -por ser vecinos y frontera- con Coacalco, Ecatepec y Tlalnepantla. No es coincidencia que “puntos rojos” como Cuautepec -con frecuentes secuestros de niñas y extorsiones a plena luz del día-, la Gabriel Hernández o El Arbolillo -colonia en donde asesinaron recientemente a 3 estudiantes de la UACM- sean colindantes a estos municipios mexiquenses, y que a su vez, estén geográficamente aislados por ubicarse en los cerros de la delegación.
No cuento esto de forma fatídica ni chairizada (es decir, como si la situación fuese tormentosa y una obligación de todos sumarse a la agenda que llevamos varios para cambiar las cosas), pero sí se han integrado algunas cosas a esta escalada que son de gran preocupación: en la CDMX se están encontrando decapitados y restos óseos con narco-mensajes (véase lo acontecido con las dos cabezas humanas abandonas en plena calle de la Morelos en noviembre del año pasado); el Cártel Jalisco Nueva Generación ya dejó 3 ‘narco-mantas’ en lo que va del año en distintos puntos de la ciudad para anunciar su nuevo reinado; las masacres como la de El Triunfo en Iztapalapa y la Gabriel Hernández también desmuestran que el margen de vulnerabilidad se ha acrecentado para cualquiera al poder ser un muerto más en un fuego cruzado.
La violencia en las calles se entiende más por las anécdotas que por las “investigaciones” y los libros. Recuerdo jocosamente el cómo dos chavos de estas colonias se dedicaron varias semanas a asaltar con un cutter a los transeúntes sobre Av. Eduardo Molina a la altura de la Prepa 3 -digo gracioso por la impunidad y la incapacidad policial de detenerlos a pesar de cargar sólo con un cutter-, pero como todo, perdió la gracia cuando esa arma blanca se convirtió en un revólver y una de sus balas terminó con la vida de un alumno de esa prepa en marzo del año pasado. O también cuando en una visita al médico, éste me contó sobre una familia de narcomenudistas que le narraban sin arrepentimiento alguno de los ‘gajes’ de su oficio. Muchos de mis vecinos taxistas ya no suben “pa’ allà’ a altas horas de la noches.
En mi colonia todavía se puede caminar a esas horas, claro, si eres de allí o de algún barrio vecino como la Martín Carrera (¡ah!, que por cierto se viralizó hace poco cuando un hombre fue grabado apuntando con un arma larga a su suegra afuera de su domicilio).
Es claro que todo ésto lo conoce a fondo del gobierno y los dueños de la prensa, quienes con su silencio aporofóbico -la fobia a las clases bajas- han logrado normalizar estas masacres, porque si cualquiera de estos crímenes ocurriera en Reforma, Coyoacán, la Condesa o alguna zona trendy, tu inicio de Facebook y el mío estarían repleto de noticias y hashtags.
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Fuentes:
– Sobre la masacre en la Gabriel Hernández ()
– Sobre el vecino embolsado de la Guadalupe Tepeyac ()
– Asesinan a tatuador y cliente en Av. Henry Ford ()
– Sobre el triple asesinato de estudiantes de la UACM en El Arbolillo ()
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