Adjuntamos con mucho entusiasmo uno de los más grandes estudios científicos sobre las afectaciones, modificaciones del espacio natural y las “soluciones” que pretende otorgar el Estado mexicano a las zonas rurales y pluviales que serán afectadas tras la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, presentado oficialmente en septiembre de 2014.
Este trabajo fue enarbolado por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad en enero del 2015, bajo la coordinación del biólogo e investigador Fernando Córdova Tapia.
De acuerdo con nuestro análisis, consulta de especialistas y sustentos bibliográficos, concluimos que el desarrollo del proyecto “Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, S. A. de C. V.” debió de ser rechazado por la DGIRA debido a que existen muchas incertidumbres sobre el proyecto que surgen de la omisión deliberada de información y que no permiten una evaluación correcta del posible impacto ambiental de la obra. Entre las deficiencias técnicas que presenta la Manifestación de Impacto Ambiental y que el resolutivo emitido por la DGIRA aprueba de manera incorrecta, se encuentran: 1) El proyecto contempla la siembra de 264,534 individuos de especies exóticas invasoras como una de las principales medidas de compensación. 2) La construcción del proyecto viola el Plan Regional de Desarrollo Urbano del Valle Cuautitlán – Texcoco. 3) El proyecto se pretende construir en la zona con mayor vulnerabilidad y omite la presentación de Estudios de Riesgo Ambiental asociados a la posibilidad de inundaciones ante eventos hidrometeorológicos. 4) No existen elementos técnicos suficientes para asegurar que las obras hidráulicas que supuestamente desviarán los escurrimientos sean suficientes para evitar las inundaciones en la zona del proyecto y en las zonas aledañas. 5) El proyecto pretende duplicar y mejorar la calidad ambiental de los humedales, sin embargo, no se presenta ningún tipo de información sobre como se creará y mantendrá estos nuevos cuerpos de agua. 6) No existen escenarios hídricos que permitan evaluar la factibilidad del recurso dentro de la red municipal de agua potable en cada una de las etapas del proyecto. 7) El promovente omite por completo la estimación del uso de agua de la Aerptrópoilis, una zona urbanizable en donde trabajarán de manera regular 180,000 personas, esto supone un gasto adicional de 23.6 millones de metros cúbicos al año, lo cual sería una enorme presión para el recurso hídrico de la región. 8) Los elementos técnicos para evaluar el impacto que sufrirán las aves son completamente deficientes, omiten información deliberadamente, no cuenta con un programa adecuado para el manejo de la ornitofauna, minimizan el riesgo por colisión entre las aves y los aviones, y propone acciones incorrectas y no justificadas. 9) El estudio de riesgo con respecto a los combustibles que se emplearán subestima los riesgos asociados a eventos catastróficos. En todos estos puntos la DGIRA resuelve de manera inadecuada y en muchos casos acepta las propuestas del promovente sin ninguna condicionante. Esto resulta completamente inaceptable debido a la magnitud del proyecto y a los impactos ambientales y sociales que generará a mediano y largo plazo. A continuación se describen ampliamente cada uno de estos puntos.
Aquí el documento PDF: analisis_resolutivo_aeropuerto_uccs_2015
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No importa lo que cada organismo facultado,y con conocimiento opine,menos el ciudadano común,lo que importa y es verdadero,es la corrupción,lo que se van a robar,lo que deje de problemas ambientales,fauna flora y demás,es lo de menos,importa el robo descarado.
Es imprescindible que el gobierno escuche a la Unión de científicos comprometidos con la sociedad para evitar desastre ambiental en esa zona en donde se pretende construir ese mega-areopuerto. No se puede arriesgar de esta manera las condiciones y la seguridad de los implicados. ¡Bravo a la Unión de científicos comprometidos, por este estudio y por su compromiso con la sociedad!