Ing. Walter J. Ángel
El 30 de julio de 2013 fue “desincorporado” el complejo Pajaritos de Pemex. La palabra correcta es PRIVATIZADO y fue tan sólo algunos días antes de que Enrique Peña Nieto presentara la iniciativa que fue conocida como “Reforma Energética”, y que fuera aprobada 5 meses después. De esta manera, el complejo Pajaritos pasó a manos privadas, las de Mexichem. Así lo anunció el Diario Oficial de la Federación:
“la desincorporación del régimen de dominio público de la federación de 476 mil 386 de los 990 mil 528 metros cuadrados del Complejo Petroquímico Pajaritos, ubicado en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, a efecto de que el organismo público descentralizado Pemex Petroquímica lleve a cabo su enajenación a título oneroso”. DOF-30072013-Primera Sección ()
La venta de la mitad de la planta de Pajaritos, que fuera la más importante y rentable de Pemex, que tan sólo en 2012 generó 4 mil 500 millones de pesos anuales, fue resultado de una campaña de difamación y manipulación de la opinión pública donde se aseguró que había presentado pérdidas y de que no había ningún impedimento legal para llevar a cabo esta “desincorporación”.
Así, el 16 de enero de 2013 el Consejo de Administración de Pemex, encabezado por Pedro Joaquín Coldwell, aprobó en su primera sesión extraordinaria la constitución de la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo, S.A. de C.V., en sociedad de coinversión de Pemex Petroquímica con el consorcio privado Mexichem, S.A.B. de C.V. (antes Camesa).
Ambas partes aportarían 556 millones de dólares para la modernización de la infraestructura. Mexichem se comprometió a aportar 325 millones –125 en activos y 200 en efectivo–, mientras que Pemex Petroquímica participará con 231 millones, además de ceder casi la mitad de Pajaritos “en arrendamiento”, según afirmó Pemex en ese entonces (). Mexichem y la subsidiaria de Pemex comparten el complejo. La empresa privada opera una planta de cloro y sosa, mientras que Pemex Petroquímica, una de monómero de cloruro.
Con la sociedad entre Mexichem y Pemex, cuyos propietarios con los banqueros Del Valle, esta empresa privada tuvo de facto el control de ambas plantas para producir cloruro de vinilo, insumo básico para la elaboración de PVC. Mexichem tiene el 58.46% de las acciones y Pemex el 41.54%.
Tan sólo dos meses atrás, el 24 de febrero de 2016, Antonio Carrillo y Rodrigo Guzmán, directivos de la compañía, anunciaban que la Planta Pajaritos estaba “en mejores condiciones” tras inversión de 150 mdd (). Es decir, que después de haber entregado al capital privado “los fierritos” como decían los Priistas en 2013, estos, Mexichem, siempre no invirtieron el monto comprometido ese año (325 mdd) sino que sólo aportó 150 mdd en tres años. Y habría que ver si esto último es cierto, porque también quizá no sea su inversión sino la que de por si debía hacer PEMEX, comprometida cuando se privatizaron los activos.
La salida a esta crisis desatada por la explosión en Pajaritos y por la acelerada entrega de los activos e inversiones de Pemex al capital privado y extranjero, es anticapitalista. Los privados deben reparar el daño y asumir la responsabilidad total junto con el gobierno federal y el líder del sindicato petrolero, por el accidente.
Renacionalizar el complejo Pajaritos es el primer paso; ni un peso como pago y detener el avance de la privatización de la industria estratégica nacional, está a la orden del día para los trabajadores de la industria y el pueblo de México.
Las consecuencias de entregar al capital privado como lo viene haciendo el gobierno federal de Enrique Peña Nieto en colaboración con el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, son muy claras e históricas. La industria energética es de riesgo y el potencial de accidentes por malas condiciones de la infraestructura y equipos es muy alto; para quienes laboran en esas condiciones, los lugares donde están asentados y el medio el riesgo es muy alto. Negar lo anterior es una necedad cómplice.
Es un accidente terrible, un crimen. Acompaño a las familias de los trabajadores en este duelo y espero con mucha fuerza en verdad, que mis viejos amigos que operaban en el complejo se encuentren bien.
¡Abajo la Reforma Energética y la entrega de la infraestructura estratégica nacional al capital privado y extranjero!
*Walter Ángel es ingeniero por la Facultad de Ingeniería de la UNAM y militante del .
Recomendamos este “video atomizado” para entender las problemáticas económicas y laborales en PEMEX:
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