La guerra en Siria e Irak ha atraído a miles de combatientes extranjeros —europeos en un número significativo— pero la brutalidad del Estado Islámico (EI) está galvanizando un cierto apoyo foráneo en torno a los grupos que luchan contra él, especialmente los kurdos. Quienes combaten al yihadismo han comenzado asimismo a recibir voluntarios del exterior —también españoles— si bien en un flujo mucho menor que el que ha engrosado las filas de la organización yihadista dirigida por Abu Bakr al Bagdadi.
El grupo de brigadistas españoles —perteneciente a Reconstrucción Comunista, una escisión de las juventudes del Partido Comunista de España— llegó a Siria a inicios de año e, integrado en un batallón compuesto por miembros de distintas nacionalidades, estableció su base en Serekaniye (Ras al Ayn, en árabe), una ciudad controlada por las Unidades de Protección Popular (YPG), la milicia kurda que ha expulsado al EI de varios cantones de Siria y se opone tanto al califato como al régimen de Bachar al Asad.
ETHA-Etkin Haber Ajansı
815 total views, 1 views today