Ruptura Colectiva (RC)
Al parecer, la campaña de desinformación impulsada por Grupo México y su propietario, Germán Larrea -el tercer hombre más rico de México, dueño de minas nacionales y extranjeras, aeropuertos y cines, con una fortuna estimada de 13 mil millones de dólares- para obstaculizar las diversas labores del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, no ha bastado con la calumnia comunicacional, sino que ahora se ha extendido mediante la histórica táctica de la formación de grupos de choque entre los trabajadores de diversos complejos mineros con la intención de organizar un “golpe de estado” contra su estructura sindical -y por ende, contra las conquistas laborales que no sólo son de los mineros y contratados, sino también de decenas de miles de familias mexicanas que dependen de ellos-
En un comunicado oficial emitido el pasado 12 de marzo, el Sindicato Minero denuncia la enarbolación de un proceso violento por parte de Germán Larrea y grupos empresariales afines para patrocinar “matones” en los estados de San Luis Potosí, Zacatecas y Chihuahua -principales regiones de producción minera en el país- para enviarlos a las instalaciones del sindicato en la Ciudad de México, tal como el intento de desarticularlo en el año 2006. Ante ese recuerdo, el sindicató expresó que “No olvidamos que en febrero de 2006 fue el mismo Larrea Mota Velasco quien en su arrogancia miope nos quiso destruir físicamente invadiendo nuestras instalaciones sindicales, con porros (…) lo cual no logró debido a la firmeza de nuestros compañeros mineros y sus dirigentes, que como un solo hombre, nos fortalecimos en la defensa de nuestra gran Organización Sindical”.
Al igual, visibilizan el papel de ‘traición contra la clase trabajadora’ que están teniendo los sindicatos patronales como la CROC, CROM, CTM, la Federación Nacional de Sindicatos “Independientes”, el Sindicato de Grupo Bailleres, “Veta de Plata” de Grupo México y otros grupúsculos artificiales que el gran capital nacional y extranjero han tenido que crear en el norte del país para continuar cooptando a la clase trabajadora dentro de sus filas (pues los patrones no son nada sino fuera por sus trabajadores). La posición desinteresada de estos sindicatos patronales ante las reformas estructurales, el aumento del precio de la gasolina y los servicios públicos, así como de la creciente invasión de empresas extranjeras en territorio nacional, demuestra que no tienen un interés en el bien común de su base laboral ni de los mexicanos en general, ya que en lugar de articular protestas como lo han hecho las secciones más fuerte del Sindicato Minero en varios estados y en la misma capital, han impulsado dichas reformas estructurales desde el seno de la patronal y en complicidad con distintas autoridades federales que los ayudan a invisibilizar sus problemáticas internas -incluso, de esclavitud como el conocido caso de los trabajadores guerrerenses de la Minera Media Luna en el municipio de Cocula-.
Ante todo esot, los mineros expresan que además de luchar por la vida de su estructura sindical, la organización debe trascender a un nuevo paradigma político que “sí aplique las leyes laborales, que limpie de corrupción los tribunales de trabajo y que rechaza la reforma laboral de la CTM y CROC, que declara la guerra a todos los trabajadores, sus derechos e intereses.”.
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