“El cuerpo quedó ensangrentado y con la cabeza despedazada por los impactos de bala de grueso calibre…” Así fue encontrado el cuerpo de Eusebio el pasado miércoles, poblador del municipio de Buenavista de Cuéllar en la zona norte de Guerrero y que a inicios de junio decidió ser uno de los promotores de un proyecto de seguridad comunitaria que no se llevó a la práctica por distintas amenazas de los cárteles circundantes y la poca participación de los poblados que conforman ese territorio. Su esposa sobrevivió al atentado, chorreando de sangre, caminó valerosamente varias horas por un trecho de terracería hasta que fue hallada en el piso por personas que llamaron a las autoridades para indagar sobre el homicidio y quienes lo perpetraron.
Las muertes no siempre son en vano. Ni pensemos en cortar el hilo, aún hay personas interesadas en cambiar las condiciones inadmisibles en las que hoy se encuentra Buenavista y otras poblaciones del tan golpeado Guerrero.
Y… ¿a qué se debió el intento de crear una Policía Comunitaria en esta región?
Tan sólo 2 días y medio -a partir del viernes 9 de junio- permaneció instalado un retén de seguridad en la entrada principal del municipio en el que participaron un centenar de habitantes que rechazan las omisiones institucionales y de los cuerpos policíacos ante una ola de violencia que va en escalada. Por la tarde del lunes 12 de junio, policías estatales desalojaron a los pobladores que asentaron guardias en ese lugar, bajo el pretexto de que “ellos se harían cargo de la seguridad de ese municipio, y que no era necesario que el pueblo se arriesgara a enfrentar a los delincuentes que azotan al municipio” [1]. En el desarme, se decomisaron 5 escopetas y dos vehículos algo precarios, que en palabras más analíticas debería decirse que: se decomisaron los humildes medios de autodefensa a la mano para el proyecto frustrado de la Policía Comunitaria.
Los integrantes del esbozo de la PC argumentan que “fue necesario tomar las armas y hacer una invitación general a la ciudadanía para ser parte de su propia seguridad (…) la policía municipal se encuentra desarmada y no ha tenido un papel importante para cuidar y procurar la seguridad en estos últimos años”. Los delitos más recurrentes que narran son las extorsiones, los secuestros y ejecuciones -incluso de gente del estado vecino de Morelos-.
En los días posteriores al desarme, los promotores y voceros de la PC mantuvieron una “táctica de silencio” por las posible represalias, pero en entrevista con Ruptura Colectiva (RC), informaron que “hay una participación activa principalmente de los pobladores de las comunidades rurales afectadas y se ha buscado una verdadera solución y contundente al incremento de la violencia por aquí”. Así, buscaron acercamientos que hicieran viable y segura la participación de la población en un proyecto de seguridad en coordinación con las instancias que se decidieran por acuerdo contractual, por lo que viajaron en varias ocasiones a la ciudad de Iguala a reuniones con el gobierno estatal. Un integrante comenta que “no se ha avanzado mucho, pero el gobierno está muy esperanzado en que con el ingreso y los cateos del ejército se logre algo”.
En la voz de otros pobladores –bastante indiferentes a la situación, pero sin desdibujar el temor generalizado- se escucha que “cosas muy raras están pasando, pero este sigue siendo un lugar muy cálido para quien quiera visitarlo”. Nos remembraron el trabajo periodístico de “El Sur: Periódico de Guerrero” que ha contabilizado –con el reciente asesinato de Eusebio- 10 homicidios dolosos por grupos fuertemente armados.
“¿Quién va a ser la siguiente víctima?”.
Algunos de los homicidios y actos clave de los cárteles en Buenavista han sido [2]:
8 de marzo de 2011: Seis hombres encapuchados con armas de grueso calibre intentaron asesinar a un grupo de militares que desarrollaban la actividad denominada “Campaña Permanente contra el Narcotráfico y la aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos” que tras repeler la agresión, resultaron muertos los seis agresores y se decomisaron 9 armas largas.
27 de noviembre de 2012: Cinco sicarios originarios del municipio secuestraron a una joven de 19 años residente de la colonia Tlalchichilpa, torturando y asesinándola. Unas horas después, el Ejército mexicano interceptó la camioneta en la que se desplazaban y al ser interrogados, confesaron el homicidio y fueron obligados a indicar el lugar en el cual arrojaron el cuerpo de la joven. Fue en el basurero a cielo abierto del municipio.
25 de octubre de 2015: Hallan un automóvil calcinado y en la cajuela el cadáver de un hombre casi hecho cenizas en la comunidad de Los Amates.
5 de diciembre de 2015: Es asesinado a machetazos un campesino de 88 años. Su cuerpo fue encontrado a la orilla de la carretera Iguala-Cuernavaca en el poblado de Sata Fe.
9 de mayo de 2016: Hombres armados dispararon indiscriminadamente contra clientes del billar “Los Tres Ases” en la comunidad de Zacapalco al norte del municipio. Un adulto de 42 años falleció y dos personas más resultaron con heridas de bala. Se usaron fusiles AR-15.
25 de junio de 2016: Por la madrugada del viernes 25, apareció el cadáver de un hombre abatido a tiros. Las diligencias demostraron el uso de fusiles AR-15.
21 de noviembre de 2016: Se encuentra el cuerpo de una joven de 18 años en la orilla de la carretera Iguala-Cuernavaca. Era originaria del poblado de Amacuzac en Morelos y tenía un trabajo de mesera en dicho pueblo.
7 de julio de 2016: Un vendedor de tortillas de 32 años fue asesinado a balazos sobre la avenida Ferrocarril en la cabecera municipal. En el lugar del homicidio, se encontraron dos casquillos .9 mm.
5 de enero de 2017: Es hallado en bolsas negras el cuerpo de un trabajador de 50 años originario de Amacuzac, Morelos. Junto al cadáver se encontró una cartulina que decía: “Noé Reynoso, alias ‘La Yegua’, ay les va la verga, como dijo el pato a la ganza, ven ganza”.
6 de febrero de 2017: Hallan en una casa de seguridad de Tlama los cuerpos sin vida de dos hombres. Uno de ellos correspondía al exdirector de Seguridad Pública de Buenavista, originario de la comunidad de Zacapalco, quien ya había recibido amenazas anónimas pero no prestó mucha atención. Fue secuestrado el 1° de febrero del mismo año.
17 de febrero de 2017: Fue torturado y asesinado un campesino de 71 años en el paraje Loma de la Cruz al oriente de la periferia del municipio. Vecinos comentan que vieron a la víctima en una camioneta con dos personas, por lo que se indaga que fue ‘levantado’.
21 de febrero de 2017: Un comando armado ejecutó a un matrimonio (hijo y nuera) del propietario del Rancho “La Tía Lola”, ubicado en la cabecera municipal.
9 de marzo de 2017: Se reporta el secuestro de un taxista de 27 años en la cabecera principal. No hay indicios de su paradero o si su familia ha recibido llamadas para obtener su rescate.
9-12 de junio 2017: 200 pobladores se instalaron en “Los Arcos” de la entrada municipal para instalar retenes de seguridad. Dos días y medio después fueron desalojados por la policía estatal. El único acto público registrado por la PC hasta ahora.
10 de julio de 2017: Un grupo armado asesinó a un campesino de 50 años y le robó su camioneta, que aparecería abandonada en el paraje La Cumbre en la autopista Cuernavaca-Iguala por la noche del mismo día.
19 de julio de 2017: Con armas de grueso calibre, es abatido a tiros Eusebio Aguilar de 36 años de edad, ubicado por los pobladores y autoridades locales como uno de los principales promotores del proyecto de Policía Comunitaria de Buenavista de Cuéllar. Su esposa resultó herida y fue trasladada a un hospital de Iguala.
[1] “Desarma la Policía Estatal a los comunitarios de Buenavista”, Redes del Sur, 14 de junio de 2017. (http://www.redesdelsur.com.mx/~hmcmbvwi/2016/index.php/seguridad-y-justicias/17921-desarma-la-policia-estatal-a-los-comunitarios-de-buenavista)
[2] Muy importante reconocer el registro de hechos por El Sur. (http://suracapulco.mx/tag/buenavista-de-cuellar/)
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