A continuación les dejamos un artículo de nuestro periódico “El Hijo de la Higuera” de su edición No.003, en donde hablamos y damos nuestra postura sobre los saqueos ocurridos a inicios de este año, debido al aumento en el precio de la Gasolina.
Lo que vimos en estos hechos no es el accionar de individuos sin consciencia, estamos viendo el gran fracaso y contradicción que es el sistema en el que vivimos.
Y ¡no! no es saqueo, no es robo ¡Es expropiar! es tomar lo que siempre fue nuestro, es el hartazgo de la clase desprovista. Son una muestra de a lo que nos orilla la competencia desenfrenada, llamarlo oportunismo y avaricia es erróneo, son solo una expresión vulgar y extrema de nuestros hábitos de subsistencia.
La mayoría decía: ¡Pero ellos no han robado comida! ¡Las organiza el gobierno!
La realidad va más allá de eso, así el gobierno haya organizado saqueos, la gente que se suma a ellos lo hace porque todos esos bienes (Pantallas, celulares, consolas, etc) son cosas a las que aspiran, pero parece que nunca podrán llegar a ellos y al primer momento en el que se abre una ventana de oportunidad de hacerse de ellas, la tomarán porque eso es lo que la competencia les ha enseñado. No es <<naturaleza humana>>, es el sistema exponiendo sus contradicciones.
Hermanx, desprovisto igual que yo, ¿Quieres ver que somos igual que tú? También tenemos los zapatos rotos, un boleto del metro, hambre en las tripas y un chingo de sueños en la bolsa junto a los 50 centavos que nos encontramos tirados. No creas sus mentiras, no somos sanguinarios bandidos que vienen a robar lo tuyo, venimos por lo de ellos, lo de los ricos y poderosos, lo de esos hijos de puta a los que nunca les hemos interesado.
Tomen todo lo que necesiten, todo es suyo, comida, ropa, todo aquello que satisfaga una necesidad, pero nunca tomen sus herramientas de enajenación, no sus malditos televisores, no sus malditas computadoras ni sus estúpidos celulares, eso hermanos míos, ¡esos quémenlos!
Es natural que las primeras expresiones de inconformidad de un pueblo que no está acostumbrado a organizarse sean explosivas, repentinas y sin mucho trasfondo; obviamente se puede aspirar a más y es por eso que se tiene que ver más allá de la rapiña y desorganización, si estas expresiones de inconformidad no son ahogadas en su propia efervescencia es igual de natural que tomen enfoque, que su organización y objetivos avancen, que tomen fuerza y se articulen.
El deber de los colectivos, comités y organizaciones sociales, a través de su experiencia y trabajo, es ayudar a la consciencia de las acciones para que éstas se conviertan en organización y trasciendan.
No se busca que el precio de la gasolina baje, se busca abolir los sistemas que propician la desigualdad. Aquí te esperamos, con solidaridad y fraternidad, cuando gustes crear organización y aniquilar el Estado, no cambiarlo, no negociar con él, ¡Destruirlo!
Somos los miserables que salimos del arrabal, con hambre y con el rostro tapado, los que nos paramos frente a sus lindos centros comerciales, y los destruimos. Sin poner esperanza en nada, más que en nuestras manos, ni nadie, más que nosotros mismos, avanzaremos por está obscura senda y juntos le daremos al pueblo lo que es del pueblo y quien nos pida calma será vil traidor. Una vez prendida la insurrección, es miserable huir del fuego.
Nunca más seré esclavo de ellos, ni de sus productos porque hoy soy un insurrecto, un rebelde ¡Hoy soy libre!
– Crisálidas de Yuggoth.
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